lunes, mayo 09, 2005

No




A él no le importa nada.
Entonces a mi tampoco.


No volveré a cometer el error de compartir mi vida con nadie nunca más. Yo sola me basto. Yo y mis niñas preciosas. Por algo tengo dos manos, una para cada una, y no cabe nadie más.

Ahora viene el tiempo donde uno tiene q tomar las decisiones acertadas. Este es el tiempo que se vive en soledad, donde uno se debe a sí mismo y se da fuerza y se contiene, y aprende a quererse, a aceptarse, a asumir las debilidades y reconocer las fortalezas. Y así uno no vuelve a equivocarse.

Este es mi tiempo, me lo debo. Aunque en este preciso instante me duele hasta la punta del pelo y siento que tal vez no pueda más. Pero si se puede, me queda demostrarme que sí soy capaz, que no me voy a dejar llevar por esta desilusión horrible. Es curioso cómo en tan poco tiempo mis esperanzas se han incendiado y no queda nada más que recuerdos dolorosos de lo que algún día esperé. Todo eso era una advertencia, nada más, eran mis propios miedos avisándome que nada de lo que parecía era realidad.

Ahora lo entiendo y lo cargo con lo que me va quedando de fuerza. Y yo puedo gritar, pero no hay nadie más aquí.

Esta es la realidad.